Cumplimos con nuestra obligación y, en medio de las burbujas de los muchos champagnes que se descorcharon, ganamos en Quilmes. Pero el gol de Play Station del ‘Negro’ Sánchez no alcanzó para dar otra vuelta olímpica. Racing es el campeón, pero River fue el mejor equipo del campeonato, sin dudas. Por esas cosas del fútbol, tuvimos que jugarles con suplentes en el partido clave. Pero ya está. Nada ni nadie nos puede sacar la enorme alegría que tenemos los riverplatenses luego de un año maravilloso e inolvidable.

Todo comenzó allá por los primeros días de 2014, donde en el verano le ganamos en dos de tres ocasiones a los ‘primos’. Todo un síntoma de los que sería el resto del año. Con la conducción del gran Ramón Díaz y la vuelta de un ídolo y referente como Fernando Cavenaghi, River enderezó el rumbo y se puso un único objetivo: salir campeón.

Con Álvarez Balanta, el ‘Lobo’ Ledesma, Lanzini y ‘Cavegol’ como base, el ‘Millo’ consiguió el título ganando todos los clásicos, incluso en la Bombonera tras 10 años. De aquel equipo podemos recordar brillantes actuaciones de Carbonero, Chichizola y ‘Keko’ Villalba.

Tras el campeonato, Ramón sorprendió y pegó el portazo. Junto a él se fueron una gran cantidad de jugadores importantes. Y cuando parecía que éste iba a ser un semestre de “transición”, vino el ‘Muñeco’ Gallardo con su idea y su hambre de gloria. Llegó Pisculichi, volvieron Mora y Sánchez, y de la noche a la mañana, el equipo se transformó en una maquina. Con un paso arrollador, River desfilaba en las primeras fechas. Goleada tras goleada, todos éramos testigos de la evolución y la revolución que generó Gallardo. El antiguo 10 potenció a todos los jugadores y los convenció de un estilo de juego.

Pero River no solo era fútbol champagne. Cuando las piernas comenzaron a sentir el cansancio por la triple competencia y el muy reducido plantel, la garra y el carácter fue lo más destacado del equipo del ‘Muñeco’. Dimos vuelta una gran cantidad de partidos en situaciones adversas y alcanzamos el récord de partidos invictos en el club (31).

Y así, el equipo respondió y estuvo a la altura en los momentos cruciales. Todo el ambiente futbolístico afirmaba que nos íbamos a caer, que nos quedábamos sin el pan y sin la torta. Pero eso nunca ocurrió. Éste River es tan grande que logró algo histórico como eliminar a Boca de un certamen internacional. Luego fue a Colombia y puso lo que había que poner. Finalmente, armó una fiesta el pasado miércoles en el Monumental y entró en las páginas doradas del club al ganar una Copa tras 17 años.

Seamos conscientes del gran año y el gran presente que tenemos. Disfrutémoslo como se debe ya que hace poco conocimos lo peor. Tras mucho tiempo, se despertó el gigante dormido. ¡Atención, América! River está de vuelta y va por todo el año que viene.

Además de una gran cantidad de copas, el objetivo es la Libertadores y el torneo largo. A los hinchas les digo que se abrochen los cinturones y se agarren fuerte porque lo que está por venir es aún mejor. Mientras, agradezcámosle como se merecen a este increíble grupo de jugadores.

¡Salúd, Campeón!