El triunfo en el primer Superclásico del año le cambió la cara a River, que venía de caer en su debut veraniego. Así, con un gran segundo tiempo en general, este equipo de Marcelo Gallardo, con mayoría de suplentes, se repuso dos veces ante San Lorenzo, hasta que se lo dio vuelta, y se terminó quedando con la victoria por 3-2.

En el José María Minella de Mar del Plata las emociones no escasearon este verano, y el buen promedio de gol no bajó en esta noche. Así, el primer grito solo se hizo esperar 3 minutos, cuando el ‘Millonario’ comenzó a mostrar algunos desajustes en el fondo, y Enzo Kalinski, tras una serie de rebotes, la mandó a guardar.

San Lorenzo se puso en ventaja rápidamente, pero se durmió en la defensa en algunas de las pocas aproximaciones de River en la primera parte, y a los 10, Sebastián Driussi estampó el empate parcial. Fue una gran definición del pibe, que jugó de delantero, y facturó dentro del área con una hermosa cachetada de derecha.

El encuentro se mantuvo parejo, aunque el ‘Ciclón’ seguía aprovechándose de las dudas de la línea de cuatro ‘millonaria’, y Augusto Batalla sacaba las que podía. Así, el arquero tapó un gran remate de Emanuel Más a la salida de un tiro de esquina, pero el rebote le quedó a Gonzalo Prósperi, que solo tuvo que empujarla hacia el gol.

Y así se fue el primer tiempo, con algo más del equipo de Pablo Guede, aunque sin ser dominando, y mucha preocupación para los de Marcelo Gallardo, quien no tardó en meter mano en el descanso con el ingreso de Gabriel Mercado, para intentar así solucionar los inconvenientes defensivos.

La mano cambió para el complemento, donde rápidamente River volvió a empardar el resultado. Fue Mercado quien recuperó en la presión de la mitad de la cancha, y le metió un hermoso pase largo a Driussi, que con la confianza del primer gol, la mató de derecha, y con la misma pierna definió fuerte y rasante contra un palo.

La cancha se inclinó para los de Núñez, que con el ingreso de Nacho Fernández mejoraron en el manejo, y tuvieron más profundidad. Y el volante ex Gimnasia fue justamente quien le sirvió, con un centro exquisito, el gol a Rodrigo Mora: el uruguayo entró por detrás, definió de cabeza, y gritó el 3-2 que sería definitivo.

Quedaba tiempo para la expulsión de Kalinski, y para que River enfriara el partido. Buscó algún gol más como para liquidar el pleito, pero sin descuidarse, y así, merecidamente, terminó llevándose una nueva victoria veraniega, para que, en consecuencia, Independiente se quede con la Copa Ciudad de Mar del Plata.