Cuando a principios de marzo de este año escribí Que Bianchi no tape el bosque jamás imaginé que habría una segunda edición. Mucho menos que si cabía la más remota chance de serlo lo haría para hablar de la salida del entrenador más ganador de la historia de Boca.

En aquel entonces Bianchi también era cuestionado (a decir verdad, en cuanto a lo deportivo son justas las críticas) por el rendimiento del equipo y por la falta de resultados. El amor y el agradecimiento hacia con el ‘Virrey’ por parte del hincha de Boca no ha cambiado ni habrá de cambiar.

Por aquellos días también señalé que la gestión de Daniel Angelici era, de las últimas, la peor y hoy me atrevo a asegurar que ha sido el peor presidente de toda la vida de Boca. El títere de Mauricio Macri se cargó en menos de dos meses a dos de los máximos ídolos del club. Primero Riquelme, y este jueves a Carlos Bianchi.

No lo merecían. No merecían ese final, tan abrupto y desprolijo. Bianchi sufrió en los últimos días las operaciones más crueles que le pueden hacer a un entrenador. “Pidió que no se juegue el partido con Estudiantes” tiró algún atolondrado. Constantemente invitándolo a irse del club, a que abandone el barco… Lo tuvieron así, ante cada revés que los resultados le daban. Pero claro, es Carlos Bianchi. Un DT que ganó en Boca más Copas Libertadores que River en su historia por ejemplo. Tiene espaldas, o más bien tenía porque algún caído del catre decidió que su ciclo no debía continuar. El hincha JAMÁS pidió su cabeza. Entendía que las cosas no iban bien pero como reconocimiento a todo lo que nos dio a los ‘Bosteros’ no le ponía plazos, en una de esas Dios le atendía el teléfono (estos meses estuvo muy ocupado hablando con Sabella y Bauza)…

Claramente esta dirigencia no es representativa del hincha y socio de Boca. No me representan en absoluto. La foto, en el día que ECHARON a Bianchi, mostraba a un grupito de señores encabezados por Daniel Angelici comunicando la noticia más dolorosa. Hasta vocales suplentes se dieron el gusto de tener su segundito de fama llegando a La Bombonera.

Pero no me quiero quedar esta muestra de ingratitud, quiero mirar al futuro. Pero sin olvidar el pasado.

Durante la actual gestión, Boca solo obtuvo un título (Copa Argentina 2012). Se intentó por todos los medios de instalar un nuevo estadio, se implementó una casaca rosa ofensiva para la enorme historia del club, se destinó fortunas a una Secretaría Técnica que iba a traer jugadores a conciencia, se regaló patrimonio del club (ya citaré algunos casos de futbolistas), no mostró claridad en los contratos de La Candela, se favoreció a un representante emparentado con Macri y entregará la concesión del Museo de la Pasión Boquense a un grupo empresario… Esos son los verdaderos logros de Angelici. Sin contar que echó a Riquelme y Bianchi.

Comencemos con los ejemplos. La Secretaría Técnica permitió la llegada de futbolistas que no rindieron, que venían si pretemporada por millones de pesos y regaló otros por los cuales había desembolsado montones de dólares (Juan Román Riquelme, Facundo Roncaglia, Sebastián Sosa, Jesús Méndez, Cristian Chávez, Christian Cellay, Clemente Rodríguez, Franco Sosa, Walter Erviti, Leandro Somoza, Santiago Silva, Claudio Riaño y Diego Rivero, entre otros, discontinuaron sus vínculos con Boca. Eso era patrimonio del club, se fueron gratis o por chauchas y palitos). Hay más, esta Secretaría Técnica que se lleva seis millones de pesos al año para asesorar no hizo uso de la opción de compra por Darío Cvitanich y meses más tarde lo fue a buscar. Trajo a futbolistas como Claudio Pérez, Emanuel Trípodi, Hernán Grana, que no rindieron o jugadores sin pretemporada como Lautaro Acosta y Diego Perotti, por citar algunos ejemplos. Con la salvedad que luego de declarar persona no grata a Sergio Greco (representante de Roncaglia) fueron a buscar a Oscar Ustari, representado justamente por él mismo. Falta de capacidad y contradicciones por doquier. El remate se dio con la venta del juvenil Thiago Casasola, que no había debutado en Primera, al Fullham inglés en una cifra menor de lo que lo había pagado.

Pero en el último mercado de pases, se dio el hecho más curioso. Boca contrato a varios futbolistas y varios de ellos compartían representante. Fernando Hidalgo acercó a Jonathan Calleri, César Meli, Andrés Chávez, Christian Pavón, Alex Jara y otro juvenil de Instituto. Está misma dirigencia había dejado entrever que estaba mal que Mauro Bianchi haya acercado a algunos futbolistas cuando su padre era el entrenador y ahora no tenía ni el más mínimo de reparo en traer seis futbolistas de un mismo representante. Pero si uno investiga a Fernando Hidalgo termina llegando a mediados de los años ’90 en los que se desempeñaba con Gustavo Mascardi quién traía jugadores a Boca cuando Macri era presidente. Hidalgo formó el HAZ junto a Gustavo Arribas (escribano de SOCMA, empresa del grupo Macri) y Pini Zahavi, un israelí que supo hacer negocios con Aguilar y ganar una millonada a costas de River. Ya sabemos como terminó esa historia: River pobre y en la B.

Unas líneas más arriba mencionaba contratos y poca transparencia. Es lo que algunas agrupaciones le cuestionaban con respecto a los acuerdos con Nike y Citroën, que incluían entre otras cosas vehículos para los dirigentes. O también la venta de La Candela por u$s 360.000 y posteriormente el club comenzó a pagar un alquiler de u$s 30.000 mensuales más IVA durante dos años con una opción de compra (leasing) de u$s 4.640.000. Si, bochornoso. No conformes con eso, en la Asamblea de este viernes 29 tratarán la concesión del Museo a cambio de una suma irrisoria a manos de Torneos y Competencias, Santa Mónica y Museos Deportivos… Además, meses atrás había dejado en manos de gente del Diario Olé el Libro Digital del club…

Todo un paraguas protector mediático al fiel estilo Pro o Macri. Ya hablé oportunamente de la gestión macrista, de la timba en la compra de jugadores, del fondo común de inversión en el que lo saqueaban a Boca por ejemplo.

Las cosas como son. No perdamos de vista que gracias a Bianchi, Macri es alguien, y que gracias a Macri Angelici es algo. Ese algo siempre quiso echar a Román y Bianchi. A Riquelme no le perdonaron el Topo Giggio y a Bianchi ese desplante cuando el Ingeniero le exigió los motivos de la no continuidad allá por 2002.

Dolor, bronca, impotencia… Eso genera la salida del ‘Virrey’. Ni olvido ni perdón, Angelici es la misma caca con otra fragancia. Que Bianchi no tape el bosque… por favor.