Alberto ”Beto” Márcico, símbolo de Boca y Ferro durante la década del 80 y del 90, fue procesado por la justicia argentina por defraudación después de que se hallaran irregularidades con varios de sus emprendimientos inmobiliarios.

Tanto el exfutbolista, como su hijo Lucas José Márcico, fueron embargados por casi dos millones de dólares.

Márcico y su hijo Lucas fueron procesados por "defraudación por desbaratamiento de derechos acordados y por estelionato", delitos que contemplan penas de hasta seis años de cárcel.

Ambos permanecerán en "libertad provisional", pero sufrieron cada uno embargos por 1,8 millones de dólares y dos millones de pesos.

Según el fallo, firmado por el juez Fernando Caunedo, tras una investigación que llevó adelante el fiscal Andrés Madrea, los Márcico acordaron la venta de 16 departamentos y seis cocheras con Marta Zulema Rondinella y de cinco departamentos y un local comercial con el ex futbolista Martín Herrera, en tres edificios que estaban construyendo.

Herrera es un exarquero surgido de las inferiores de Boca, donde fue compañero de Márcico entre 1992 y 1994, que luego pasó por Atlanta, Ferro y Estudiantes, además de un exitoso ciclo en el Alavés de España.

"No caben dudas, al menos en esta instancia sumarial preparatoria, de que padre e hijo participaron activamente en la ejecución de los hechos con distribución de roles que abarcaron la totalidad de las maniobras investigadas, en un mismo nivel de responsabilidad y en términos de coautoría", sostuvo el juez. No obstante, evaluó que "no advirtiendo riesgo procesal al menos en esta instancia sumarial, corresponde ratificar la libertad provisional de Alberto José Márcico y Lucas Alberto Márcico".

El ex futbolista, con exitosos pasos por Ferro, Boca y Gimnasia, además del fútbol francés y la Selección Argentina, explicó que, en realidad, los reclamantes no tenían intenciones de poseer las propiedades sino que firmaron como una suerte de garantía del préstamo que le habían otorgado para financiar las obras. Esos departamentos fueron vendidos, casi todos, a otras personas.

"Quien celebra un boleto de compraventa con todas las formalidades exigidas y cobra la totalidad del precio por un departamento que está construyendo ha concedido un derecho de propiedad en expectativa sobre un bien inmueble, a perfeccionarse con la tradición de la cosa o entrega de la posesión y la formalización de la respectiva escritura traslativa de dominio", resolvió el juez.