En una resolución de 53 carillas la magistrada responsabilizó a Martín Miguel Núñez Gioiosa por los delitos de "asociación ilícita (en calidad de miembro), lesiones graves, lesiones leves reiteradas en al menos cuatro oportunidades, daños reiterados, amenazas agravadas por su comisión con armas, reiteradas en al menos siete oportunidades, y robo agravado por su comisión con armas".

La jueza aclaró que "no puedo tratar el caso en estudio como un aislado episodio de violencia en el fútbol".

"Prueba de ello son los constantes enfrentamientos existentes respecto de un mismo y claro objetivo, que datan de varios años de antigüedad, cual es el llegar a dominar la puja por el poder en todos los beneficios económicos que trae acarreado el conformar o el ser parte o pertenecer a una 'barra brava oficial'", sostuvo la jueza.

Palmaghini recreó los hechos ocurridos esa tarde cuando Núñez Gioiosa, alias "Saviolita", junto con "un grupo de individuos que aún no pudo ser identificado, pero que en total serían alrededor de unas cincuenta a ochenta personas, todos ellos en sus calidades de miembros de la 'facción disidente” de la denominada barra brava del Club Atlético River Plate, autodenominados como 'los borrachos del tablón' organizaron y tomaron parte" de los episodios de violencia.

En el fallo, firmado el 14 de enero y al que Télam tuvo acceso, la jueza señaló que el grupo ingresó a la confitería “por las dos entradas que posee, rompiendo los vidrios del lugar, oportunidad en que además todos los componentes del grupo comenzaron a golpear" a un adversario "en especial en la zona de la cabeza, el hombro izquierdo y el torso, incluso con sillas que había en el lugar, mientras le exclamaban que lo iban a matar".

La magistrada detalló minuciosamente toda la prueba reunida en la causa, entre ella la declaración del "empleado de seguridad asignado al estacionamiento durante el hecho investigado", quien narró las circunstancias en las que el grupo ingresó y le exigió "agachá la cabeza, no avises a nadie porque 'te vamos a romper la cabeza' permaneciendo junto a él, a la vez que insistían con que 'no levantara el tubo'" y no los mirase.