La lluvia que cayó desde la madrugada en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores parecía poner en duda al partido más importante del fútbol argentino. No obstante a minutos del comienzo del clásico el árbitro Néstor Pitana, confirmó que se jugará a la hora prevista.
Cerca del mediodía del domingo persistían algunos charcos en el campo de juego , sobre todo en la parte de las plateas. Cuando el árbitro realizó la supervisión, cerca de las 16, mandó a drenar las zonas inundadas con secadores de piso y las máquinas que barren los papelitos de cotillón.

La lluvia que cayó desde la madrugada en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores parecía poner en duda al partido más importante del fútbol argentino. No obstante a minutos del comienzo del clásico el árbitro Néstor Pitana, confirmó que se jugará a la hora prevista.

Cerca del mediodía del domingo persistían algunos charcos en el campo de juego, sobre todo en la parte de las plateas. Cuando el árbitro realizó la supervisión, cerca de las 16, mandó a drenar las zonas inundadas con secadores de piso y las máquinas que barren los papelitos de cotillón.