Ni Beltramo acompañó a Julio Pavoni en su encendida defensa de que los clásicos valen más que todo, incluso más que ganar la Copa Libertadores.

Fue tan desmedida la comparación que dio pie a que Glait lo chicaneara y Omar Labruna le dijera que estaba todo cagado.

El partido del domingo tiene el morbo de un clásico con eliminación directa, pero de ahí a tener más peso que la Copa Libertadores hay un paso muy largo.