El partido entre Milan y Hellas Verona comenzó treinta minutos después de lo previsto por las malas condiciones climáticas que pusieron en duda el arranque el encuentro.

Debido a la lluvia y granizo que cayó sobre el estadio San Siro, el árbitro tuvo que probar la pelota en el césped. En ese instante, desde las tribunas, salió un inesperado aliento del público que pedía que se juegue la fecha.