"Si seguimos con la misma actitud, cosas buenas van a pasar, cuando jugás así, son más fáciles los tiros. Mañana esperamos un partido más duro", dijo el capitán y figura del equipo, Luis Scola (20 puntos y 9 rebotes en 32 minutos), tras el aplastante triunfo nacional 98-75 ante Puerto Rico.

Hay que tomar dimensión de la victoria en el debut: aún si estuvieran en cancha Ginóbili, Delfino y Juan Gutierrez (todos ausentes en el Mundial de España por lesión), la victoria ante los boricuas por 23 puntos sería fantástica.

Lograrlo con este equipo, diezmado, con la base de la generación dorada y con algunos juveniles que ya han demostrado -como Campazzo-, más otros que debutan en la máxima competencia -Selem Safar o Delía-, es notable y auspicioso. Y más aún luego de los problemas en la etapa preparatoria, tanto los dirigenciales como las dificultades en el rendimiento deportivo.

Argentina ganó el partido de punta a punta, apoyado en su juego de defensa con presión alta, máxima concentración y variantes en el juego -ese "pase extra" que es marca registrada mundial-, y por una puntería letal en momentos clave.

Lo sabe el entrenador Julio Lamas, y lo advirtió tras el triunfo: "Como jugaron los jugadores los 40 minutos, con el corazón, es un buen síntoma y una esperanza para el torneo". Esperanza fue el denominador común en las caras sorprendidas de los hinchas, miles, que coparon Sevilla para ver la que sea quizás la despedida de la selección nacional más exitosa de la historia de nuestro deporte. Esa multitud cantó y vibró en los pasajes más emotivos del juego.

Lamas apostó por un equipo bajo y con intensidad: doble conducción con Pablo Prigioni y Facundo Campazzo, Walter Herrmann, Andrés Nocioni, y Luis Scola.

Mientras que el seleccionado centroamericano, dirigido por Francisco Paco Olmos, dispuso a Carlos Arroyo, David Huertas, Angel Vasallo, Ricky Sánchez y Renaldo Balkman. Algunos NBA y otros hombres de destacada actuación en el básquet mundial, hacían del rival un contrincante temible. Incluso cierta prensa auguró una pronta despedida de nuestra selección ya en el primer partido.

Nada de eso sucedió. Argentina mostró mucha agresividad en la presión defensiva, estuvo fina en la puntería y sacó diferencia de diez puntos al término del primer cuarto, por el goleo de Nocioni, y la precisión de Scola, tanto abajo como lejos del aro. Hermann también se anotó en la planilla con 12 unidades, aunque más importante fue el cómo: con penetraciones que hicieron olvidar su edad y la inactividad.

Todo de la mano de la conducción del experimentado y metódico Prigioni (9 pts), en algunos pasajes, o bajo la batuta del joven Campazzo (8 pts), pasador, goleador, corredor, en otras. Y eso fue demasiado para un Puerto Rico estático, perplejo y errático ante el básquet de los nuestros.

El segundo cuarto fue más parejo. Puerto Rico ajustó marcas, Argentina tuvo algunas distracciones y el primer tiempo concluyó con diferencia de 7. Allí apareció la figura del zurdo marplatense, Selem Safar, jugador de Obras, para meterla de media y larga distancia (terminó con 18 porotos, con 4 de 8 en triples).

Y la explosión llegó en el tercer cuarto, que fue aplastante. Con una versión de equipo demoledor, como en las mejores épocas de esta Generación Dorada, que no se termina de despedir de la elite mundial.

Con diferencia de 20 puntos una vez culminado el tercer período, el último cuarto estuvo de más. Y hubo tiempo para florearse, para "golazos" de Prigoni, pases de faja y lujos del revulsivo Campazzo ¡Si hasta Marcos Mata la metió! Y fundamental, pudieron descansar Nocioni, Hermann y Scola, los treintañeros del equipo.

Bien explicó todo cuanto significó la victoria y la manera, con goleada, Pablo Prigioni. "Llegamos mal y entramos con el culito apretado, pero por suerte se nos dieron las cosas", le dijo a TyC Sports, aún transpirado.

Triunfo clave, por una buena e impensada diferencia, con la ratificación del temple de los más grandes, y el aporte clave de los jóvenes. Importante la rotación y la utilización de casi todos los jugadores de recambio. Es que será clave el físico para la seguidilla de partidos -se juega todos los días-, para enfrentar partidos físicos, muy duros, como el del domingo 8.30 ante Croacia, por la segunda fecha.

Esto recién empieza, y arrancó bárbaro para la selección. El equipo nacional, que aún diezmado, se estrenó en España con un triunfo en el que le avisó a la comunidad basquetbolistíca mundial, que no lo descarten para seguir peleando bien arriba.

La intensidad y aquella épica de hace diez años, parecen estar intacta.