Si uno quisiera ir a ver la semifinal con la entrada más barata, llamada Clase 3, tendría que desembolsar entre 24 y 28 mil pesos, sin tener en cuenta los costos del viaje y el hospedaje. Ese es el precio que manejan en los sitios en los que se realizan compras y ventas.

Para las entradas Clase 1, las mejores ubicaciones, se llegan a pedir casi 50 mil pesos y en las calles de San Pablo comenzó la reventa de los brasileños que ya tenían las entradas. Los locales venden los tickets más baratos por unos 3 mil dólares y los mejor ubicados en el estadio por unos 5 mil.

La gran expectativa hace que los precios se disparen y se especula en que las entradas disponibles el día antes del partido costarán alrededor de 10 mil dólares o cien mil pesos, una locura que sólo puede justificarse con las ganas de ver a Argentina llegar a la final de la Copa del Mundo.