Si hay alguien que caló hondo entre los argentinos ese es el Dibu Martínez. Es común ver en las calles a los chicos usando su característico buzo rojo con vivos amarillos, y en las categorías infantiles son muchos los que imitan sus gestos.

Pero a todo ese bagaje gestual y de indumentaria se le suma una enorme actuación defendiendo los tres palos de la selección albiceleste.

Como en esta atajada en la única llegada que tuvo la selección local, que detuvo con una volada de su sello.