Las imágenes del estadio de Gimnasia y Esgrima La Plata transmitían la angustia que se vivía dentro por los gases lacrimógenos que había arrojado la policía en las afueras y que le llegaron a los hinchas que estaban en las tribunas.

Olvidándose de la histórica rivalidad que tiene el Lobo con el club que lo vio nacer, Marcos Rojo tuvo una actitud de solidaridad hacia ellos y les arrojó botellas con agua para que puedan lavarse y quitarse los residuos de los gases que les quedaba en los ojos.