"Es un karma, no le encuentro explicación", suelta Javier Mascherano y mueve la cabeza de un lado para el otro. Encoje los hombros. Sabe que esta escena se repitió varias veces en su larga historia con la camiseta celeste y blanca. Hace una fuerte autocrítica, pero no termina de encontrar una explicación. Y tira otra de sus frases contundentes: "Es una tortura".

"No encuentro una explicación lógica. No la encuentro. Quisiera disfrutar con esta camiseta, pero me toca sufrir. Tal vez soy yo", agregó el mediocampista.

Dejó todo como siempre. Terminó acalambrado y en los últimos minutos del alargue no podía ni moverse. Vivió la tanda de penales desde el mediocampo. Y otra vez vio a la distancia cómo el sueño se convertía en pesadilla. Se tiró en el pasto, con las dos manos entrelazadas, agarrándose la cabeza.

Pensando en lo que viene, Masche dejó en suspenso su continuidad en la Selección: "Quisiera disfrutar como nadie con esta camiseta pero me toca sufrir... Si no lo puede hacer uno da vueltas en la cabeza dar un paso al costado y que lo intenten otros".

Y siguió con la catarsis: "No sé de dónde voy a sacar fuerzas ni me preocupa en este momento tenerlas. Es una tristeza muy grande, sobre todo para nosotros que veníamos haciendo las cosas muy bien. Al hincha le agradezco por el apoyo, como hace un año en el Mundial. No le pudimos dar la alegría que queriamos".

En la misma línea, Ezequiel Lavezzi marcó una bisagra: "Mucho para pensar no hay. Estamos muy decepcionados. Hay muchos jugadores que nos vamos a tener que ir. Sabíamos que era la oportunidad de poder ganar algo".