El escenario era el siguiente: faltaban cinco segundos por jugar y con ventaja de 95-93, un compañero había tomado un rebote clave, corrió para que pase el tiempo y le cedió la pelota a Jermaine Marshall. Y ahí sucedió lo increíble.

El yanqui, en vez de cuidar la pelota o llevársela hacia el aro rival, convirtió una bandeja contra el cristal e igualó el partido en 95. Sus compañeros, el público y ni lo rivales lo podían creer. 

Con el ánimo enrarecido, los jugadores de Nea Kifisia salieron a jugar el segundo suplementario. Pero poco pudieron hacer: Aris Salónica le ganó como visitante al Nea Kifisia por 108 a 103 y pasó a a la semifinal de la liga de Grecia de básquet. 

Y Marshall pasó a la historia.