Independiente viajó a Córdoba con la ilusión de cambiar la cara y el bajo rendimiento que está demostrando en el campeonato. Es cierto, Almirón utilizó un equipo alternativo, pero ni el entrenador, ni lo jugadores y menos lo hinchas imaginaban un partido tan malo como el que mostraron en el Mario Alberto Kempes.

De arranque, a los 6', Juan Reynoso golpeó a los de Avellaneda. Sí, el humilde Alianza de Coronel Moldes, el equipo que milita en el torneo Federal B le ganaba al de la Primera División por 1-0 casi desde el vestuario.

A Independiente se le hizo imposible dar vuelta el marcador en la primera mitad. Tuvo una chance clara en los pies de Lucas Villalba pero al joven lateral le ahogaron en el gol sobre la línea de meta. Los jugadores se fueron al vestuario bajó una lluvia de insultos de sus hinchas.

En el complemento se vio un equipo sin ideas. Los Rojos (vestidos de blanco) no lograban hilvanar jugadas para crear situaciones de gol. Como si eso fuera poco tampoco mostraban actitud y agresividad para atacar al humilde equipo cordobés.

Por suerte para Alimirón y para aliviar, por lo menos desde el resultado, a los hinchas, Christian Ortíz apareció a cuatro minutos del final para anotar la igualdad que le dio la posibilidad a los de Avellaneda de acceder a los penales.

Allí, desde los doce pasos, la experiencia se notó e Independiente anotó en todos los disparos, mientras que Alianza de Coronel Moldes falló en dos.

Independiente pasó de ronda, estará en los 16avos de final, pero los jugadores se fueron al vestuario silbados por sus hinchas, que sufrieron ante un equipo que tenía en sus filas a jugadores que realizabas oficios en la semana para vivir (panadero, mozo, albañil entre otros). A su vez, Almirón está bajó la lupa y los próximos cruces ante Banfield, Boca y Racing serán claves para su futuro.