Gustavo López siempre se queja de una situación que lo irrita: que los jugadores en actividad se nieguen a darle notas y que luego de que se retiran le manden mensajes para que los tenga en cuenta.

Pero parece que al comentarista de ESPN no solo le molestan estas actitudes sino que también anota quien le niega el teléfono y no se lo perdona. El Colorado Gil es un habitual abonado de sus editoriales a pesar de ser un jugador sin gran renombre, sólo porque tuvo el atrevimiento de alguna vez decirle que no.

Ahora le tocó el turno a Germán Burgos, quien llegó al país para dirigir a Newell's, y tendrá que soportar los dardos de López aunque dada la personalidad del Mono parece difícil que le haga mella.