El 29 de diciembre de 2013 el máximo campeón de la Fórmula 1 sufrió el golpe más duro de sus 45 años. Mientras esquiaba, un violento golpe lo dejó al borde de la muerte. Tras muchas horas de rezos y asistencia médica profesional, el alemán se salvó y volvió a su casa.

Luego de nueve meses en los hospitales de Grenoble y Lausana, Schumacher regresó a su hogar pero su estado no es nada bueno. "Está mejor, pero todo es relativo. Se encuentra en una silla de ruedas, paralizado y con problemas de memoria. Además no puede hablar", contó el expiloto francés Philippe Streiff, una de las últimas personas que lo visitó, según consignó el diario Marca.

"Va a ser una recuperación lenta y difícil. No sabemos cuánto durará", reconoce su portavoz Sabine Kehm. "Estar junto a la familia va a permitir que se recupere más rápido, pero será difícil", afirma Streiff, que reconoce además que Schumacher podía comunicarse con los suyos, pero sólo visualmente.

Según el diario español, hay sponsors que están pensando en cortar su relación comercial con el alemán como las firmas de moda Navyboot y Jet Set, que según el diario suizo Nordwestschweiz ya no están vinculadas a él.