El próximo 19 de marzo será la fecha fundamental para definir su futuro. El Parma está en el momento más dramático de su historia, en el que arrastra un pasivo imposible de poder solventar. Recientemente, suspendió el partido de la fecha 24 ante Udinese por falta de recursos para contratar la seguridad.

La Fiscalía de Parma pidió que se deshaga la sociedad conformada por los repetidos incumplimientos fiscales y fijó una audiencia para el próximo 19 de marzo. Será un día más que importante. Mientras tanto, no se sabe cuánto más podrá aguantar el plantel profesional dentro de la Serie A de Italia, en la que cada vez es más complejo todo. Jugar de local resulta imposible y viajar hacia otros estadios parece otro gran impedimento.

Los hinchas marcharon para pedir que el club no desaparezca.

Va último en el actual campeonato del Calcio, sumando sólo 10 puntos en 23 juegos, un reflejo directo con la actualidad del club. Uno de los jugadores que está en el plantel es el uruguayo Cristian ‘Cebolla’ Rodríguez, quien aseguró que no cobró nada de su contrato, pero la poco plata que hay en la institución fue destinada para los empleados. Además, hay un futbolista argentino de 18 años que tuvo su debut en ese equipo. Se trata de José Agustín Mauri, oriundo de Realicó, provincia de La Pampa.

Cabe recordar que por el Parma pasaron grandes jugadores argentinos, en la década del ’90 y principios del nuevo milenio, como Ariel Ortega, Matías Almeyda, Juan Sebastián Verón y Hernán Crespo. Éste último mencionado, jugador desde 1996 hasta el 2000, es hoy en día el entrenador de la Reserva.

El ex River manifestó la falta de recursos del plantel: han podido jugar gracias a la tarea de los jardineros que acondicionaron todo. Además, no hay agua caliente ni siquiera en las duchas, en pleno invierno europeo.

Parma supo ser campeón de tres Copa Italia y UEFA, una Supercopa de Italia y de Europa, además de una Recopa de Europa, títulos que fueron ganados en todos los casos en su gloriosa década del ’90, salvo uno de ellos a inicios del 2000.

La crisis institucional llegó a su punto máximo, con una deuda millonaria que no se puede salvar, con un equipo que viene de mal en peor en el campeonato italiano, y todos los caminos, conducen a la desaparición del club.