Países Bajos u Holanda como la llamamos los que todavía recordamos los equipos naranjas de Rep y Resenbrink, de Gullit y Van Basten, de Seedorf y Kluivert, siempre fue una especia de Colombia europea: plagada de buenos jugadores pero con un aura de equipo pecho frío, que no da la talla en los momentos clave.

Y para eso se necesitan errores como éste de De LIght, fallando como último hombre y tocándola con la mano para impedir que el delantero se fuera solo, lo que le valió -VAR mediante- la expulsión que desequilibró el partido.