Hay veces que las diferencias de categorías entre dos equipos con realidades muy distintas las marcan los jugadores con una sola jugada que alcanza para definir el pleito.

Como le ocurrió al Real Madrid, que hasta el minuto 69 estaba empantanado en su partido ante el Cacereño, en un campo en muy mal estado en el estadio Príncipe Felipe.

Ahí apareció el talento del brasileño Rodrygo -que participó del Mundial de Qatar- para destrabar lo que se había complicado, quien se sacó de encima a dos rivales y colocó la pelota en un ángulo para anotar el tanto definitivo del encuentro, un gol que le dedicó a Pelé.