El seleccionado escocés siempre ha sido de segundo nivel y le ha costado encontrar jugadores destacados. Por eso el comienzo de la Eurocopa era la posibilidad de mostrar para qué estaba el equipo.

Pero nuevamente chocaron con la realidad. República Checa, tras encontrar la apertura del marcador en la primera parte con un cabezazo de Patrick Schick, se replegó y se fortaleció en defensa para volver a lastimar. 

El segundo tiempo fue de aguantar los embates y hacerse fuerte atrás, pero tras un rebote el mismo Schick cruzó la mitad de cancha y despachó un zurdazo alto que terminó en el arco escocés sentenciando el encuentro.