Dejaron su huella por el andarivel derecho del ataque del Barcelona, marcando una era de un equipo histórico.

Y su relación fue tan buena fuera como dentro de la cancha. Tan amigos se hicieron que siempre realizaban la entrada en calor juntos, lanzándose pases con precisión asombrosa.

A los 36 años Dani Alves dio un golpe de efecto y regresó a su país, para jugar en el San Pablo.

Y Lio lo felicitó a la distancia.