En algún momento la discusión futbolística iba por los carriles de entender el juego y respaldar con argumentos las distintas posiciones, pero esos tiempos han pasado y hoy todo es puro show.

Como no se sostiene durante mucho tiempo un debate civilizado la televisión se llenó de tirabombas que hacen explotar los fuegos artificiales verbales para insuflarle entusiasmo a una conversación que no tiene sustento.

Un ejemplo patético de esto fue la charla que tuvieron los integrantes del flamante ciclo de Martín Liberman -regresado al redil de ESPN tras la abrupta salida de FOX- y un integrante de ESPN México, que debería haberse dado en una mesa de un café en vez de en un estudio de televisión.