Este domingo, Novak Djokovic cayó en la final del Roland Garros, segundo torneo Grand Slam de la temporada, ante el español Rafael Nadal, lo que evitó que alzara el último torneo grande que falta en su palmarés y saltar nuevamente a la primera posición del ranking ATP.

En el encuentro, que duró más de tres horas y media, el de Belgrado se mostró desgastado físicamente y en la recta final del duelo se descompuso.

Al igual que Lionel Messi frente a Eslovenia, y en otros partidos de la temporada, al tenista europeo se le juntó el calor francés, los nervios de una final y la sobreexigencia física de la temporada y terminó vomitando.