Si bien Daniel Avellaneda, uno de los pocos periodistas deportivos que se reconocen como hincha de Racing, estaba contento cuando llegó a la final contra Colón, pero el desempeño de La Academia fue decepcionante y llegó el momento de hacer leña del árbol caído.

Recontracaliente con Juan Antonio Pizzi, le pegó tanto que llegó al punto de pedir que se quede "para dar la cara", y con el resto del equipo castigaron a las incorporaciones que llegaron en este nuevo ciclo.