Un jugador oriundo de Sierra Leona, que se desempeña en el fútbol sueco, fue noticia este lunes por una inusual reacción tras ser expulsado. Lejos de discutir con el árbitro, se fue llorando de la cancha.

Al momento que el juez del partido le mostró la segunda amarilla, el futbolista comenzó una larga carrera lleno de gritos y lágrimas hacia el vestuario. Muy triste y enojado consigo mismo, Kamara causó gracia y ternura entre todos los presentes.