Los barras fueron nuevamente protagonistas de la violencia en las canchas del futbol argentino. Esta vez la batalla campal la generó la barra brava de Nueva Chicago que ingresó al campo de juego en el partido de la octava división y agredió a los padres y madres de los jugadores de Quilmes.

Ante el hecho consumado, el club de Mataderos  emitió un comunicado oficial donde se reconoce lo sucedido y se repudian "los hechos de violencia.. y los actos discriminatorios a los que se vieron expuestos nuestros jugadores".

Al mismo tiempo, se señala que "el club tomará las medidas que sean necesarias", buscando siempre "la educación de los chicos, tanto de forma deportiva como humana, pregonando que la violencia nunca es el camino".