Boca arrancó con el pie izquierdo la era post-Riquelme y quedó eliminado de la Copa Argentina al caer 2 a 0 con Huracán en San Juan.

El primer tiempo fue intenso, con "El Xeneize" llegando por ambas bandas y abriendo la defensa de los dirigidos por Kudelka. A pesar de las ocasiones creadas, ni Calleri, ni Gigliotti pudieron marcar y como dice el dicho "goles que no se convierten en el área rival, se meten en la propia".

A pesar de algunos riesgos que produjo el conjunto de Parque Patricios en el partido, ningún gol llegó producto de una jugada concreta. En el segundo tiempo llegó el primer tanto, que se produjo por un pelotazo de Toranzo, donde la defensa de Boca quedó muy mal parada y el delantero Abila anotó con un excelente remate dejando sin chances a Orión.

El segundo gol golpeó duro en las ambiciones del "Xeneize", ya que luego de la ejecución del tiro libre del 10 de Huracán, Daniel Díaz, aquel refuerzo que llegó para establizar la defensa, marcó desde atrás a Mancinelli, dejándolo cabecear libre, por lo cual éste colocó el remate a la izquierda del arquero boquense, quien solo atinó a mirar, ya que no había reacción posible.

El final del partido se desarrolló como todo el juego, con Boca con la pelota pero sin posibilidad de generar peligro, y Huracán, bien compacto atrás esperando un error del rival, que vaya si le sirvió, ya que pasó a los octavos de final de la Copa Argentina.

Sin dudas lo inmediato para corregir en el equipo del "Virrey" es el aspecto defensivo, tanto con el balón en juego como en las faltas a pelota parada; Ya que se repiten viejos errores, lo que denota no una falencia individual, sino colectiva entre el entrenador y sus dirigidos.

En la parte ofensiva Boca mostró otro carácter, que luego del sorpresivo gol del "Globo" se fue desdibujando y perdió consistencia. Los refuerzos no tuvieron una actuación destacada; Federico Carrizo jugó un partido correcto, mientras que Castellani no se encontró en la cancha.

Calleri, quien venía convirtiendo de manera seguida, se lo vio apagado y sin relación con el mediocampo, aspecto a mejorar de manera urgente si Boca quiere pelear los dos frentes que le quedan.