Dos explosiones fuera de un estadio en el centro de Estambul dejaron este sábado al menos a 29 personas -27 de ellas policías- y 166 heridos, seis de ellos de gravedad, según confirmó el Ministro del Interior turco, Suleyman Soylu. Además, anunció que hay 10 personas detenidas, en posible relación con el ataque, que se presume dirigido contra los agentes de seguridad, dos horas después del final de un partido de fútbol.

El presidente turco, Tayyip Erdogan, describió las explosiones fuera del Vodafone Arena, el estadio del club Besiktas (se enfrentó al Bursaspor, dos de los clubes más importantes del país), como una ataque terrorista contra policías y civiles que buscó el mayor número de víctimas.

El estallido se dio cerca de las 22.30 (hora local), minutos después del cruce entre el Besiktas y el Bursaspor. En la zona quedaban algunos simpatizantes del equipo local, móviles periodísticos y miembros de las fuerzas de Seguridad.

"Nadie dude que con la ayuda de Dios, como país y nación venceremos al terror, a las organizaciones terroristas (...) y a las fuerzas detrás de ellos", dijo.

Ministro del Interior Soylu, informó que una de las explosiones golpeó directamente fuera del estadio, mientras que la otra, que se cree fue de una bomba activada por un suicida, castigó a un parque adyacente. Nadie reclamó inmediatamente la autoría de los atentados. 

"Fue como un infierno. Las llamas se alzaban hacia el cielo. Estaba tomando té en un café al lado de la mezquita", dijo Omer Yilmaz, un empleado de la mezquita Dolmabahce, que está cerca del estadio.

La policía armada acordonó las calles que rodean al estadio y un vehículo de la fuerza usaba cañones de agua para limpiar los restos de autos quemados.