El 16 de octubre de 2004 será recordad como una fecha trascendental para la historia del Barcelona, que nunca volvió a ser el mismo desde la entrada al campo de juego de un joven prometedor de 17 años, 3 meses y 22 días que por entonces era desconocido por el fanático promedio del mundo entero.

Producto de 'La Masía' (divisiones inferiores) luego de un efímero paso por las divisiones formativas de Argentina, ingresó para los últimos ocho minutos de un derby y comenzó una trayectoria inimaginable.

En aquella séptima jornada de la Liga, el elenco 'blaugrana' dirigido por Frank Rijkaard debía visitar al Espanyol, en el marco de un nuevo enfrentamiento catalán, con la intención de mantener la cima de la tabla de posiciones. Golpeado por las lesiones de Jorquera, Gabri, Sylvinho, Motta, Edmílson, Gerard y Giuly, pero también por el desgaste de otras tantas figuras que llegaban de defender la camiseta de sus respectivas selecciones en la Fecha FIFA (Ronaldinho), el entrenador holandés apeló a los jóvenes de la cantera y citó a Damià, Cristian, Peña y a la 'Pulga', quien tiempo después se coronaría como el más grande de todos los tiempos.

"Leo, entras ya por Deco", le dijo el técnico holandés con los nervios a cuestas por ser la primera vez y con el dorsal 30, en una especie de homenaje a la sumatoria de los números en la espalda del propio jugador portugués que le cedió el lugar y Ronaldinho, quien lo 'apadrinó' desde el primer día en las prácticas del plantel.

"Entró porque es muy bueno... Si no, convocaría a mis amigos", justificó su elección el DT.

Una rica historia comenzaba...

Desde ese entonces, nada fue igual para Barcelona, que allí comenzó a disfrutar al segundo futbolista más joven de la historia en vestir los colores 'blaugranas'.

Los registros indican que sólo fue superado por Paulino Alcántara, justamente a quien años después superaría como máximo artillero de la institución: por el momento lleva 361 gritos en 434 partidos disputados, con la posibilidad de continuar mejorando esos números en los compromisos que se vienen por delante.

Con el correr del tiempo se adueñó de la titularidad, de la '10' (previamente lució la '19') y se convirtió en referente, pero también en leyenda con vida del Barcelona.

De hecho, tuvo su estreno con una entidad que acumulaba 16 títulos de Liga y lo condujo a seis más (más de un tercio de la cantidad que lo recibió), pasó de una Champions League en las vitrinas a tres nuevas consagraciones, como así también celebró los primeros dos Mundiales de Clubes (anteriormente no había alcanzado a triunfar en la Intercontinental), entre tantos otros logros.

'Lio' Messi creció como persona y jugador en Barcelona.

Barcelona lo es todo para él y viceversa.

Gracias a sus gambetas, asistencias y goles, se transformó en el mejor futbolista ecuménico y se quedó con cuatro Balones de Oro. "Estos minutos los recordaré toda mi vida", manifestó en aquella noche especial. La remera, poco transpirada por los pocos instantes en el terreno, fue a manos de Celia, su madre, clave en el desarrollo de su carrera.

Hoy, diez años después, los hinchas renovaron su cariño y esperan disfrutarlo durante mucho tiempo más.