Carlos Ahumada Kurtz es altamente controversial por donde se lo mire. Para arrancar, vamos a contar que su extensa cadena de delitos, negociados y relaciones promiscuas con cualquier poder político se remonta a México, donde estuvo preso 1131 días desde el 26 de abril de 2004 hasta el 8 de mayo de 2007.

Lo detuvieron porque el ex presidente de aquel país, Carlos Salinas de Gortari, le ofreció 400 millones de pesos mexicanos para filmar con cámara oculta a dos integrantes del Partido Revolucionario Democrático (PRD) mientras les pagaba coimas. Ese caso se conoció mundialmente como los videoescándalos.

El escandaloso paso por México

Sus primeros pasos como empresario del fútbol los dio en México, donde vivió 32 años y sacó la ciudadanía. Más precisamente fue en el León FC, franquicia que compró y manejó durante tres años. Luego desembarcó en el Santos Laguna.

El paso de Ahumada Kurtz por tierras aztecas no sólo dejó el recuerdo de él tras las rejas. Su paso por dos clubes de fútbol de su país adoptivo lo colocó varias veces en la primera plana de los medios. Un viejo cable de la agencia EFE titulado “La sombra del crimen organizado planea también sobre el fútbol mexicano”, finalizaba así: “La Liga mexicana también impidió la presencia en la Primera División del empresario argentino-mexicano Carlos Ahumada, cuando éste compró los equipos de Santos Laguna y León, que perdió tras verse involucrado en un escándalo de desvío de recursos en la capital mexicana”.

En el León FC nombró al ex árbitro Edgardo Codesal como presidente. Sí, aquel de la final contra Alemania en el Mundial de Italia 1990. En 2003 se comprobó que una de las secretarias de Ahumada Kurtz anotaba en su agenda entregas de dinero, regalos y favores varios a funcionarios, políticos, árbitros y periodistas. ¿Y adivinen qué? Codesal estaba entre ellos.

En Córdoba no lo pueden ver

Más tarde llegó el turno de los negocios en el fútbol argentino para Ahumada, quien a través de la gerenciadora Ateliers S.A. tomó el control en Talleres de Córdoba, un gigante del interior del país que ya estaba en el ascenso y sufría una fuerte crisis económica.

¿El resultado? No sólo no logró levantarlo, sino que el equipo descendió al Federal A y el empresario se fue entre denuncias por su vínculo cercano con la barrabrava. Además, potenció la crisis económica. Se imaginarán cómo lo recuerdan los hinchas de la 'T'.

Su llegada a San Luis

El siguiente paso, breve, en el fútbol lo dio en Juventud Unida Universitaria de San Luis, de donde también se despidió con problemas financieros.

Hasta que llegó a la última escala de su polémico historial: Estudiantes de San Luis. Pisó fuerte en el club de la mano de Julio Humberto Grondona, nada más y nada menos. 

Inmediatamente, la institución comenzó a recibir denuncias por corrupción. Es que el equipo cuyano obtuvo tres ascensos en tres años llegando del Argentino B 2012/13 (hoy Federal B) al Nacional B.

En el marco de una causa por triangulación de pases que favorecería el lavado de dinero y la evasión impositiva, se difundieron una serie de escuchas telefónicas, entre ellas una de 2012 que tuvo como protagonistas al propio Grondona con Gustavo Ceresa, por entonces máximo dirigente del Consejo Federal.

En esa charla, 'Don Julio' le pide a Ceresa que tenga especial cuidado con los árbitros que designaba para dirigir a Estudiantes. “El único equipo que yo quiero, que me preocupa, es Estudiantes de San Luis”, le dijo Grondona a Ceresa en esa charla, a lo que su interlocutor respondió: “De San Luis, ya está”. “Los demás, ni sé quiénes van…”, continuó don Julio, y Ceresa cerró: “Listo, usted quédese tranquilo porque yo ya lo arreglé”.

En ese momento, Estudiantes al Argentino A, luego de una campaña que incluyó una escandalosa final ante Atlético Policial de Catamarca, en la que los norteños terminaron furiosos contra la terna arbitral que encabezaba el sanjuanino Néstor Rivero Reinoso.

Ese mismo árbitro no sólo dirigió a Estudiantes en aquella final, sino que lo condujo en otros seis partidos importantes para definir diferentes instancias, y en la mayoría hubo polémicas que favorecieron a los puntanos. Sin ir más lejos, llegó a tener el promedio de un penal a favor por partido.