El Comité de la Federación Española de Fútbol tomó una decisión sin antecedentes que marca a las claras que las diferencias entre Europa y Sudamérica no son las que todos piensan.

Por cuestiones de seguridad el clásico entre Barcelona y Real Madrid no se podrá celebrar en la fecha prevista, el sábado 26 de octubre, ya que ese mismo día está convocada una manifestación multitudinaria en las calles de Barcelona.

Las fuerzas de seguridad catalanas desaconsejan la coincidencia con el partido, que además era un posible objetivo reivindicativo.

Tal como pasó en noviembre del año pasado en nuestro país, el partido más importante del fútbol español no se podrá llevar a cabo por motivos extrafutbolísticos. 

¿Acaso a algún iluminado se le ocurrirá la idea de trasladar dicho clásico al estadio Monumental, o a la Bombonera en su defecto? Imagínenselo. Sería una sutil devolución de gentilezas.