Mario Bunge abrió el juego al presentarse como "un filósofo de la ciencia curioso" en una entrevista exclusiva dada al diario El País.  Bunge que se exilió de Argentina en 1963 por motivos políticos es actualmente profesor emérito de la universidad McGill de Montreal en Canadá y se encuentra de visita en Madrid en su viaje de descanso a Génova.

El filósofo es conocido por ser un defensor de las ciencias exactas y el realismo científico. También tiene una postura bastante reacia hacia ciertas "pseudociencias" como el psicoanálisis ( al que llamó un guiso de liebre sin liebre, estafando a sus creyentes), la homeopatía e incluso la economía que para él es una "semiciencia".

En la entrevista dada al medio español, Bunge señaló que "Puede haber filosofía por fuera de la ciencia. La mayor parte de los filósofos  no saben nada de ciencia, pero están varios milenios atrasados y no pueden profundizar en cuestiones importantes , que hayan sido ya respondidas por la ciencia, como por ejemplo qué es la vida, la psique, la justicia...".

Además el filósofo argentino señaló que "hoy la ciencia asusta tanto a la izquierda como a la derecha. Antes los únicos amigos de la ciencia estaban a la derecha, hoy hay muchos izquierdistas que confunden la ciencia con la técnica y creen que es ante todo una herramienta  en manos de grandes empresas".  Y agregó: "Los golpes no enseñan nada, no creo que aprendamos de esta crisis (...) sobre todo si los gobiernos siguen pidiendo consejo a los economistas que contribuyeron a creerla, a los partidarios de políticas sin regulación".

Otro de los temas que tocaron en la charla es como las tecnologías impactan en la lectura, según Bunge "Las bibliotecas están vacías"; y afirmó "todo avance técnico tiene aspectos positivos y negativos, desde el teléfono  celular al iPad, que han facilitado la adquisición de información pero están destruyendo la sociedad, que se está aislando cada vez más".

Sin caer en un absoluto ¿ludismo? Bunge igual no deja de advertir que "la búsqueda de la información hace que todo sea más rápido, pero obstaculiza la creatividad y la imaginación".

Finalmente entrando en el terreno de la ciencia y la educación, Bunge pone el énfasis en la situación paradójica en la que "cuanto mayor es la educación de una persona tanto más dispuesta está a creer en seudociencias, porque se entera de su existencia".  La clave, para el profesor argentino, está en modificar el dogma de la educación ya que "se enseñan ideas pero no se enseñan a discutirlas".

Ante la pregunta sobre cómo se imagina el mundo en el 2050, Bunge señaló: "No me animo, no soy profeta. Puede que siga degradándose, puede ser que se encuentre un camino más razonable (...) El mito moderno es que las tecnologías de la información nos van a salvar, que mejorarán la sociedad y salvarán la naturaleza" y exclamó: "Me dan rabia los profetas porque confunden sus deseos con las posibilidades. Para hacer predicciones hacen falta leyes y no tenemos  leyes de evolución de la sociedad".

Entrevista de Antonio Calvo Roy- Diario El País de España.

Algunas obras clave de Mario Bunge: Tecnología, ciencia y filosofía (1963); Seudociencia e ideología (1985); Intuición y razón (2005); Tratado de filosofía (2008); Las seudociencias ¡vaya timo! (2010)