Maria Kodama es un personaje que puede ser difícil de roer. Se casó con Jorge Luis Borges dos meses antes de que el escritor falleciera, en 1986,  y desde ese momento hasta ahora se centró en defender con uñas y dientes el legado literario del gran escritor.  Los rumores, que en el mundillo de la literatura y la crítica se cuecen como habas, dicen que es una "de las villanas favoritas del mundo literario porteño", por su poca generosidad a la hora de compartir, autorizar reproducciones y cualquier acto que tenga que ver con la obra de Borges.


Esta vez, Kodama denunció a los sitios Taringa y Planeta Sedna por la reproducción y difusión de textos completos de Jorge Luis Borges sin autorización. El fiscal Ricardo Saez concluyó una investigación preliminar a partir de la denuncia sobre la posible violación de los derechos de propiedad intelectual, aunque desde el sitio Taringa negaron haber recibido algún tipo de notificación.


No es la primera vez que Kodama realiza este tipo de denuncias, ya demandó al escritor argentino Pablo Katchadjian que había querido "ampliar" el texto de El Aleph y al escritor español Fernández Mallo que había hecho una remake de El hacedor.  Hoy por hoy ambos libros están fuera de circulación.


"Estamos abiertos al dialogo, no creemos que sea correcto solucionar los problemas de las nuevas tecnologías con causas penales", publicó en su cuenta de Twitter Matías Bótbol, uno de los tres socios de Taringa!
Hasta el momento la investigación en la que participó  la División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal, determinó que "al ingresar al sitio web de Taringa! y colocar en su buscador interno la palabra Borges, aparecen 9246 posts"; en muchos de ellos "se incluye la reproducción completa" de los libros que realizó el célebre autor argentino, y en otros "se facilita su reproducción a través de links a otros sitios" en los que se da acceso a los escritos "sin autorización de la denunciante".


Más allá que es lógico que se desee respetar los derechos de propiedad intelectual que corresponden a cada escritor, o en este caso, a su familiar más directo; la pregunta que uno no puede dejar de hacerse es ¿cómo se regula la circulación de información en una sociedad dónde ya no hay barreras electrónicas?


Hoy es cada vez más común que las editoriales elijan usar formatos online para la difusión de libros, para de esta manera manejar "en casa" los trabajos que publican. Es decir, el lector tiene muchas veces la opción de descargar de forma gratuita- o a veces a través de una colaboración- un libro o texto o de comprar el libro en su formato papel.


A favor de Taringa! hay que decir que a raíz de denuncias previas  la empresa firmó acuerdos de colaboración con entidades como la Cámara Argentina del Libro, para facilitar la denuncia de contenidos que puedan infringir derechos de terceros.


La cuestión no debería estar en el cuestionamiento de la circulación del material sino en de quién es el negocio de llevarse dinero por algo que no es suyo.


Kodama promete seguir hasta las últimas consecuencias. ¿Borges estaría a favor del copyleft?;  nunca lo sabremos.