La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par boliviano, Evo Morales, inauguraron este miércoles el monumento a Juana Azurduy, la heroína de las luchas independentistas en Sudamérica.

Se trata de una obra realizada por el escultor Andrés Zerneri, donada por el gobierno boliviano, que, emplazada en la plaza ubicada detrás de la Casa Rosada, está formada por cuatro piezas que componen una estatua de 25 toneladas de peso y de nueve metros de altura.

La estatua, que reemplaza a Cristóbal Colón en la Casa de Gobierno, tardó tres años en terminarse y trabajaron en ella más de 45 personas. El escultor estudió en persona y a través de videos la perspectiva que permitiera su mejor ubicación.

"Tuvimos que montar la escultura en una base de seis metros, sobre una pirámide inspirada en la cultura Tiahuanaco, para que alcance la altura de 15 metros, que es la ideal para que se vea desde las ventanas del Salón Mujeres Argentinas", explicó el realizador.

Según indicó, Zerneri intentó plasmar en la estatua de bronce más grande de la Argentina el sentido de "movilidad", que fue lo que le pidió Evo Morales, y en este sentido, precisó: "Se ve a una mujer con una espada en la mano, un bebe en la espalda y un proyecto en la cabeza".

Juana tiene una espada en su mano izquierda, que según el artista, "no es con sentido bélico, sino de liberación, de símbolo", mientras que en su espalda lleva un bebe sostenido por un aguayo, tejido artesanal que las mujeres originarias usan para cargar a los niños, y 12 figuras pequeñas a su alrededor.

El artista, remarcó: "La mano derecha de la mujer se extiende en un gesto de protección hacia el niño y hacia el pueblo, al igual que el poncho que la cubre, que imita los pliegues de las lanas americanas".

Con respecto a la mirada de la heroína, Zerneri aclaró que "es esencial, porque ella estará mirando hacia el continente americano, y no le dará la espalda”, mientras que añadió: “Es un contraste con la escultura de Colón que estaba en el lugar y que miraba al río".

El bronce plasma un proceso realizado por Zerneri, antes incluso de que el gobierno de Bolivia lo contratara para hacer la obra, ya que hacer una escultura de Juana estaba en sus planes dado que le resulta, según reconoció, una figura "cada vez más admirable".