A raíz de una nota de la revista Ohlalá, el blog de ciencia El Gato y la Caja, realizó su descargo por las redes y explotó la polémica. La revista femenina desglosa de manera poco profesional un tema controversial: la vacunación.

Alegando que hay dos caminos, vacunar y no vacunar, Ohlalá le indica a sus lectoras que, avalado por homeópatas, si no quieren prevenir a sus hijos de las diferentes enfermedades, mejor. Aquí un fragmento del polémico artículo:

tema marca la agenda en foros, consultorios y en las conversaciones entre padres: en países de Europa, ciertas vacunas, como las de la tos convulsa o la del sarampión, por ejemplo, ya no se aplican y cada vez más gente, incluso en nuestro país, está comenzando a optar por no vacunarse y no vacunar a sus hijos. Las opiniones son controvertidas y está en juego la salud de nuestros chicos, la propia y, por ende, de toda la comunidad.
Los detractores dicen que las vacunas suelen tener efectos adversos y contienen sustancias peligrosas de las que no estamos informados. Y para quienes las defienden, no vacunar resulta un riesgo inmenso, ya que todas las vacunas incluidas en el calendario oficial de vacunación están probadas. La homeopatía, por su parte, propone sus propias formas de vacunación y también remedios para intentar paliar los efectos negativos de las vacunas tradicionales. Pero entonces, ¿qué hacemos? Lo importante es que busques asesoramiento y que te informes bien antes de decidir si querés o no vacunar a tu hijo o a vos misma, porque se trata de una elección importante.

El tema marca la agenda en foros, consultorios y en las conversaciones entre padres: en países de Europa, ciertas vacunas, como las de la tos convulsa o la del sarampión, por ejemplo, ya no se aplican y cada vez más gente, incluso en nuestro país, está comenzando a optar por no vacunarse y no vacunar a sus hijos. Las opiniones son controvertidas y está en juego la salud de nuestros chicos, la propia y, por ende, de toda la comunidad.


Los detractores dicen que las vacunas suelen tener efectos adversos y contienen sustancias peligrosas de las que no estamos informados. Y para quienes las defienden, no vacunar resulta un riesgo inmenso, ya que todas las vacunas incluidas en el calendario oficial de vacunación están probadas. La homeopatía, por su parte, propone sus propias formas de vacunación y también remedios para intentar paliar los efectos negativos de las vacunas tradicionales. Pero entonces, ¿qué hacemos? Lo importante es que busques asesoramiento y que te informes bien antes de decidir si querés o no vacunar a tu hijo o a vos misma, porque se trata de una elección importante.

Dicha nota fue respondida casi a modo de denuncia por un conocido blog de ciencia, El Gato y La Caja. El redactor del descargo, Pablo A. González, científico y columnista de Diario Registrado, supo explicar con claridad por qué debemos tener cuidado a la hora de informarnos e informar. El poder de los medios, el peligro de creerles sin chequear y por qué sí hay que vacunar a los niños.

Magia veneno:

Existe una diferencia fundamental entre ser un pelotudo y ser un irresponsable. Ser un pelotudo privado, acotado, contenido, es sano; pero cuando tenés acceso a un medio de comunicación, tenés que empezar a preguntarte cómo afecta a otros lo que decís porque, nivelar pseudociencia con ciencia, es peligroso.

Hace media hora leí una nota de la revista OhlaLá que la está rompiendo en Tuiter. Una nota impecable donde se opina a favor y en contra de la vacunación infantil, donde se esgrimen argumentos científicos a favor de la misma y, en respuesta y a la misma altura, la opinión calificada de un experto Médico Homeópata.

Experto. Médico. Homeópata.

Experto.

Médico.

Homeópata.

Nunca pensé que iba a decir esto, pero hay algo mucho más peligroso que basar una decisión en una tradición religiosa, y es basar una decisión en una pseudociencia. Y la homeopatía es eso, una pseudociencia. Porque cuando jerarquizás una disciplina basada en que diluciones infinitas de determinados compuestos van a ser efectivas como tratamiento ya que el agua tiene memoria (sic) y vos venís y todo flojo de papeles (de papeles posta, de datos, de ciencia) la usás como contraargumento a la práctica científica que es la vacunación -que ha salvado y salva millones de vidas y prevenido un sinfín de enfermedades- , estás siendo irresponsable. Si antes de publicar buscás una fuente, encontrás muy rápido estudios enormes que muestran un metaanálisis (o sea, básicamente, un rejunte de muchísimos trabajos individuales) que comprueban que los resultados de las terapias homeopáticas son solamente efectos placebo disfrazados de ciencia. Lo googleé. Está el paper abierto. Fueron 2 minutos.

Claro que nadie encararía una discusión entre una postura científica y ‘me lo dijo la bruja y a mí me hace bien’. Bueno. Nadie, no.

Parece que checkear la información no está de moda.

Una vacuna es, mal y pronto, cualquier preparado que se le administra a un cuerpo para que éste desarrolle una respuesta afilada y certera ante un segundo enfrentamiento con el patógeno. Es la foto en la pared del western que te dice ‘Buscado’, y vos medio que ya sabés de quién cuidarte. Esa primer interacción entre el patógeno inactivado, un primo no patogénico o alguna de las moléculas que lo componen, no ‘cansa’ al cuerpo, sino que lo entrena. Lo entrena para reconocer temprano, fácil y contundentemente una infección. Lo sacude, lo incomoda, lo desafía, como cualquier entrenamiento que valga la pena, y lo convierte en algo más fuerte.

Por otro lado, tenemos un movimiento anti vacunación que se sostiene de argumentos religiosos o personales. No científicos. Ni uno. Su principal evidencia es que ‘las vacunas contribuyen al desarrollo de autismo en niños’. Casos registrados: cero. (Continúa)

Si querés seguir leyendo la nota ingresá a El Gato y La Caja.