Suele decirse que el paso de los astros -estrellas fugaces- merece el pedido de un deseo. En el caso de los ingleses que vivieron este instante de incertidumbre, el deseo fue seguir con vida.

El observatorio de Norman Lockyer en Sidmouth, Devon, en el suroeste del Reino Unido fue el encargado de transmitir las impresionantes imágenes.

El meteorito fue visible en todo el oeste del Reino Unido, el País de Gales y la región de West Midlands.