Como si con el COVID-19 no bastara, imágenes satelitales confirman el peligroso avance de una enorme nube de polvo del Sahara sobre el Caribe, situación que puso en alerta a varios países, en especial para las personas con problemas respiratorios.

Según los expertos, las nubes de polvo son generadas por las tormentas de arena del desierto del Sahara y el Sahel, las cuales pueden alcanzar alturas de tres a siete kilómetros. Avanzan en dirección oeste bajo el flujo de los vientos alisios, propagándose por el océano Atlántico hasta alcanzar el mar Caribe, Cuba, el sudeste de Estados Unidos, México y Centroamérica.

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Las nubes llegan cargadas de partículas altamente nocivas para la salud humana: contienen minerales como hierro, calcio, fósforo, silíceo y mercurio, junto con virus, bacterias, hongos, ácaros patógenos, estafilococos y contaminantes orgánicos persistentes.

En este sentido, la NASA advirtió que existe una creciente posibilidad de que Cuba y partes de la costa del Golfo de los Estados Unidos se encuentren con polvo de gran altitud a mediados o finales de la próxima semana.

A su vez, la Oficina Meteorológica de Barbados emitió una advertencia para la población y una para embarcaciones por la reducción de la visibilidad en la navegación; También Trinidad y Tobago se sumó a la alarma y pidió a personas con asma y otras enfermedades respiratorias tomar precauciones, ya que el polvo puede provocar tos seca, dolor de garganta, picazón, ojos llorosos, estornudos y secreción nasal.

Del mismo modo, el Caribe venezolano también recibió el impacto del polvo. El fenómeno registra una mayor intensidad en Caracas, Falcón y Nueva Esparta.