Los neutrinos, esas partículas con una masa ínfima y que casi no interaccionaría con la materia, fueron vistas por primera vez veintiséis años después de que el físico Wolfgang Pauli las pensara- en la década del ´20- como una forma de entender  la desaparición de cierta cantidad de energía cuando se desintegraban algunos núcleos atómico. 

Esa partícula "fantasma" es una de las claves que los científicos analizan para tratar de entender el enfrentamiento entre la materia y la antimateria.

Los ganadores del Nobel de Física de 2015, el japonés Takaaki Kajita y el canadiense Arthur McDonald, indicaron que "los neutrinos oscilan, cambiando de sabor, y transmutándose en una de las tres especies de neutrino que se conocen". Ahora, en Japón, un grupo internacional de científicos está tratando de medir la distinta probabilidad de que aparezcan neutrinos o antineutrinos con el experimento T2K, por las siglas de de Tokai a Kamioka,

"El experimento produce un haz de neutrinos muónicos (una de las tres clases que se conocen) en el acelerador Japan Proton Accelerator Research Complex (J-PARC) ubicado en el pueblo de Tokai, en la costa oriental de Japón. El haz de neutrinos se crea haciendo colisionar protones en el acelerador J-PARC sobre un blanco cilíndrico que a su vez produce un intenso haz de partículas secundarias que se enfoca y filtra mediante lentes magnéticas. Éste haz de partículas se desintegra creando un intenso flujo de neutrinos o antineutrinos, dependiendo del filtrado realizado por las lentes magnéticas. El haz neutrinos o antineutrinos se monitoriza a 280 metros del punto de producción y se dirige hacia el gigantesco detector subterráneo Super-Kamiokande situado en Kamioka, cerca de la costa oeste de Japón, a 295 kilómetros de distancia de Tokai. Durante el viaje, una fracción de los neutrinos muónicos oscila y se convierte en neutrinos electrónicos o neutrinos tau", describe Daniel Mediavilla para El País. 

Lo observado hasta el momento sugiere que, como se sospechaba, los neutrinos pudieron desempeñar un papel clave en la batalla entre materia y antimateria que permitiría explicar el origen de nuestro universo tal y como lo conocemos hasta el momento.