El sonido se propaga a través de ondas que vibran y que necesitan de un medio -líquido, sólido o gaseoso- para viajar. En el espacio las moléculas de gas y los granos de polvo están demasiado esparcidos pero el sonido sigue siendo posible. 

Desde hace varias décadas que la NASA está enviando micrófonos al espacio y los nuevos instrumentos- cada vez más precisos- permiten registrar vibraciones que sorprenden por su nitidez. 

Muchos de los sonidos registrados son una conversión de vibraciones electromagnéticas en señales de audio pero también hay sonidos precisos como el impacto de cometas o los que quedan registrados a atravesar atmósferas de planetas y / o satélites. 

Si bien técnicamente el espacio es un vacío, éste contiene partículas energéticas cargadas y gobernadas por campos magnéticos y eléctricos, que pueden ser oídas.