Más de 5 mil lanzamientos desde el inicio de la era espacial, tuvieron como resultado una cantidad de desechos suficiente para congestionar la órbita de la Tierra. ¿Cómo se resuelve este problema?

El ambiente espacial ha sufrido el impacto de nuestra creciente dependencia en los satélites y la percepción generalizada de que "el espacio es grande": en la actualidad, la Red de Supervisión Espacial de Estados Unidos monitorea decenas de miles de objetos más grandes que una pelota de tenis.

Debido a su enorme velocidad orbital (más de 28.000 kilómetros por hora), cada uno de estos objetos puede llegar a dañar o destruir a un satélite.

La preocupación motivó a científicos para buscar formas de eliminar los restos, aunque la tarea no es sencilla: requiere nuevas tecnologías, potencialmente nuevas leyes y -crucialmente- inversión financiera.

La Agencia Espacial Europea (ESA) lidera los esfuerzos con la misión "e.Deorbit", que intenta retirar del espacio a un gran satélite europeo. Si resulta exitosa, demostrará que hay una solución técnica, aunque aún no se hayan resuelto problemas políticos, legales y económicos.