"Lo tengo en la punta de la lengua" es una frase que suele repetirse- para algunos más que otros-  con bastante frecuencia a lo largo de la vida pero ¿qué es lo que hace que perdamos la memoria de manera tan espontánea sobre una palabra en particular?



Este bloqueo mental muchas veces nos lleva a buscar sinónimos o terminamos dando un gran rodeo expresando una idea que podría haber sido resuelta con una mera palabra. Esta experiencia de falla en la memoria es conocida como letológica. Proviene del griego, en cuya mitología, Lethe era uno de los cinco ríos del mundo subterráneo, donde las almas de los muertos bebían y así podían olvidar los recuerdos de su vida anterior.

Fue Carl Jung quien a principios del siglo  XX comenzó a utilizar letología para referirse a esta incapacidad de recordar la palabra correcta, aunque también ya aparecía en 1915 del Diccionario Dorland Enciclopédico Ilustrado de Medicina.

Nuestras mentes trabajan de manera asociativa y se construyen en base a modelos de información interconectada; como una gran red.

Para recordar una palabra la clave es cómo se establecen las relaciones entre los patrones  o asociaciones y otras partes importantes de información.

Por eso es necesario ejercitar la memoria de manera constante. Acá algunos consejos, además de llevar una vida sana:

– Jugar a juegos de estrategia, como el ajedrez o juegos de cartas.

– Hacer crucigramas, rompecabezas y sudokus.

– Leer de manera continua.

– Aprender cosas nuevas, hacer cursos de cosas del interés de cada uno.

– Realizar alguna actividad artística o que no implique un trabajo mecánico y/o rutinario.

– Comprometerse con algún proyecto que necesite de una planificación previa y que implique establecer plazos de desarrollo.

- Aprender una palabra nueva y asociarla con situaciones, personas, experiencias y aquello que ya conocemos y retenemos.

Fuente: BBC