Experimentos realizados por científicos alemanes reflejaron por qué las papas fritas parecen tan sabrosas y atractivas.

El secreto se esconde en la proporción de grasas y carbohidratos que contienen. Los investigadores observaron también la actividad cerebral de los animales.

Es que el consumo de alimentos con una composición parecida a la de las papas fritas, aumentaba el nivel de dopamina, la hormona del placer. Este hecho explicaría por qué a los seres humanos les gusta tanto esa comida.