En la ciudad de Wallasey, en Inglaterra, un hombre de 62 años murió cuando su cigarrillo electrónico explotó y provocó un incendio en su cuarto. A pesar que los bomberos apagaron el fuego que generó la explosión, no pudieron salvarlo.

"La investigación todavía continúa pero se cree que fue porque el cargador de oxígeno con el que estaba siendo recargado el cigarrillo electrónico no era el que había venido con el dispositivo", explicó Myles Platt, encargado de los bomberos, según reveló la BBC.

En nuestro país la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) prohibió la comercialización de los cigarrillos electrónicos  en 2011 por considerar que "no existe evidencia suficiente para concluir que sea una ayuda eficaz para dejar de fumar" ni hay "pruebas suficientes que determinen que es seguro para el consumo humano".