Argentina llega a una final de Copa del Mundo por vez primera en 24 años.

Podríamos enumerar una decena, no más, de causas y de porqués. Finalmente todas son razonables; defendibles, sensatas, atacables, insulsas, soberbias, etc, etc, etc,

Una de las explicaciones, con las que en parte estoy de acuerdo, es el efecto post-Maradona. Una figura inmensa la de Maradona en la selección. Incluso hoy. Incluso si Messi no solo se consagre el domingo (ojalá) como campeón del mundo; sino si hasta lo lograra en Rusia y cuatro años más tarde en Qatar.

Maradona, con su leyenda a cuestas, siempre será LA selección nacional.

A partir de este mojón, que me permito poner en el trazado temporal de la selección, veremos que se probaron los proyectos más adecuados para cada momento.

La eliminación de lo que fue para mí el mejor plantel, nombre por nombre, de los que ha tenido alguna vez la selección argentina, del mundial de EEUU 94 disparó múltiples quejas al ciclo de Alfio Basile. Metemos un breve repasito de cómo veníamos.

Año 90; sub campeones heróicos de la copa del mundo. Unos meses más tarde Caniggia y Maradona son sancionados por doping positivo en el fútbol italiano. Conmoción. A Diego le dan 15 meses por la cabeza. Se viene la Copa América 91 y el Coco no va a poder tener a Diego. De todos modos Basile arma un equipazo y se consagra campeón jugando un fútbol de alto nivel, marcando una diferencia de juego muy grande sobre el resto. Ánimo por las nubes. Buen juego sin Diego. Se está por terminar la sanción a Maradona y se viene la copa América 93. Con otro tono también la volvemos a ganar. Invicto de 40 partidos y la semana trágica vs Colombia, el 0-5 y la historia que todos conocemos.

Por lo que la algarabía y entusiasmo con que llegamos a EEUU 94 pegado a la decepción del nuevo episodio de doping de Diego, pone fin a una era.

Se sucedieron la mano dura de Passarella; las ideas revolucionarias de Marcelo Bielsa; una vuelta a las vertientes con José Pekerman y el grupo del 86 que ubicamos hasta la Copa América 2011.

La llegada de Sabella puede suponer un cambio radical con respecto al perfil de Maradona; aunque con casi el mismo plantel; uno quedó goleado en cuartos y el otro jugará una final de Copa del Mundo.

Pero reducir esto a nombres propios sería por lo menos temerario. Los cambios de sistemas de trabajo, más o menos diferentes entre unos y otros, se pudieron realizar porque Argentina tuvo jugadores. El partido de la final con Alemania en el Maracaná, fin en sí mismo por supuesto, no será el resultado de un programa o de un plan de trabajo; sino del aprovechamiento serio y responsable de un cuerpo técnico sobre un grupo de jugadores con talento.

Dos datos; el proyecto integral del fútbol alemán iniciado allá por los 2000 al quedarse afuera en primera ronda de Eurocopa, trituró “nuestro proyecto” en Sudáfrica y, 4 años más tarde, dejó en ridículo al proyecto del fútbol brasilero. Dos; Ah... las selecciones sub 20 de Brasil y de Argentina no clasificaron para el mundial de Turquía 2013.

Esto, les juro, no se trata de la final de Brasil 2014, ni de la posibilidad de poder hacer un grandísimo papel en Rusia 2018.

El futuro llegó… hace rato. Que no sea todo un palo.