En una entrevista al diario Daily Mail, Kusma contó: "Llevo casi 63 años comiendo arena y grava, me encanta y no creo que tenga efectos dañinos para mi salud. No he sufrido ningún problema en el estómago, y mi boca y mis dientes están absolutamente bien".

"Empecé a comer arena a los 15 años y en ese momento tuve un poco de dolor de estómago, pero luego me sentí bien y ahora es algo normal para mí. Mis nietos insisten que vaya a un médico para que supere esta adicción, pero yo no lo veo como algo necesario", confesó.