Los cachorritos son moldeables y este pequeño perrito no es la excepción. Echado y entregado, el can duerme la siesta mientras su dueña le hace pequeños masajes relajantes.

Sin abrir los ojos, en algún momento de las caricias le agarran cosquillas y la mitad de su cuerpo se conmociona. ¡Mirá el enternecedor video!