Así como hace unas semanas el presidente de Rusia, Vladimir Putin, mostraba su temple al entrar en agua helada en una ceremonia religiosa para "limpiar sus pecados", ahora una joven fue un poco más allá. 

Zarina Andryushina se bañó, el pasado 30 de enero, en las gélidas aguas del mar Caspio en la ciudad costera de Aktau, en Kazajistán.

Las imágenes grabadas en el helado atardecer donde la temperatura alcanzó los -17 ºC sorprenden porque la propia Zarina se muestra totalmente acostumbrada al hielo.