Todo sucedió en el parque nacional Khao Yai de Tailandia, donde unos turistas estacionaron su coche para admirar de cerca al gigantesco elefante.

Al principio los visitantes se sorprendieron pero jamás creyeron que se volvería peligroso: Minutos después, notaron el claro enojo del animal y decidieron abandonar el vehículo.

En la última toma, los mismos turistas graban la destrucción total del vehículo desde una distancia prudente.