Con la típica actitud de un cabezadura, este bulldog luchó de mil maneras para que el enorme hueso que le habían regalado pasara por su pequeña puerta.

Después de varios intentos fallidos, y de mostrarse casi resignado... llegó una pequeña ayuda del azar.

Resulta divertido ver cómo el perrito sólo piensa en trasladar su hueso sin importarle las leyes de la física.